octubre 12, 2014

Super Chocolate Cake



Hello Sweeties!

Este post tiene muchos meses fraguándose. Es el resultado de mis experimentos locos y de chocohólica, como todos saben que soy.

Esto de hacer una tarta de muchos pisos siempre ha sido mi sueño dorado.  Estas tartas de boda con tres y cuatro tartas redondas, una sobre otra decreciendo en tamaño a medida que vas subiendo y que se mantienen en pie maravillosamente todo el evento, me parece inalcanzable.

Me parece un arte, pero como no he estudiado pastelería y soy autodidacta, he tenido que experimentar mucho para poder llegar a un resultado satisfactorio. Creo que esta súper tarta es el primer paso para una futura tarta que tenga varias tartas una encima de la otra.

Tengo que decir que tengo muchas tartas que me han inspirado. Una de ellas se llama The Great Wall of Chocolate ® del restaurant chino de americano P.F. Chang.  En el menú  la describen como una tradición de P.F. Chang perfecta para compartir. La traducción sería: seis ricas capas de pastel de chocolate y frosting, cubierta con chips de chocolate semi dulce, servida con frutos rojos frescos y salsa de frambuesa. Cuando yo probé esta tarta por primera vez, hace muchos años, me enamoré. Como ya he contado, siempre he sido aficionada a elaborar postres, pero nunca me imaginé que sería capaz de hacer una tarta tan pretenciosa y tan grandiosa.

Foto propiedad de dude4food.blogspot.com.es

Esta tarta es maravillosa, el chocolate te invade y la combinación con la salsa de frambuesa lo hace un postre inolvidable.

Ha habido otras tartas, no tan maravillosas como esta, pero que han sido mi obsesión desde niña. Como las que vendían en KFC cuando yo estaba en la universidad o las que aún venden en los supermercados de Estados Unidos. Yo tengo una especial debilidad por estas tartas industriales (la gordita que llevo dentro las ama) aunque soy una fiel defensora de lo "Homemade" o "Hecho en casa".

En el blog tengo un post con la tarta de chocolate americana. Esta tarta tiene ese sabor a chocolate gringo y esa consistencia húmeda (pero no grasienta) de las mejores tartas americanas. Tiene varias ventajas, ya que no tiene huevo, ni leche, aunque sí mantequilla. Esta tarta fue la base de mi primer experimento.

Yo quería para mi cumpleaños "the ultimate chocolate cake" o sea, lo más de lo más en tartas de chocolate y pensé: ¿y si utilizo esa tarta americana y la hago en pisos? ¿Qué pasaría? Pasaría lo que tendría que pasar, un millón de calorías de felicidad para un muy feliz cumpleaños.

Entonces dos días antes empecé a hornear tarta por tarta, horneé seis tartas delgaditas para ir formando los pisos. Tengo que decir que una se me rompió sin poderla utilizar, porque son tan tiernas, que si no las manejas con mucho cuidado, se te deshacen de nada.
Fui horneando tarta por tarta, enfriándolas y las fui montando una sobre otra pegándolas con chocolate cremoso y galletas oreo. ¿Decadentemente chocolatoso? Yes, yes, yes.

Luego preparé un buttercream de queso crema, que coloreé de varios tonos de rosa, estilo ombré, porque mi fiesta sería una "Pink Princess Party" (pink como yo, ya saben)

La tarta estaba cubierta en buttercream rosa estilo ombré.





Las fotos no son las mejores pero creo que se aprecia lo grande de la tarta y se intuye lo rica que estaba, ¿no?

Bueno, mi cumple en es junio y para esa fecha uno de nuestros mejores amigos, Arturo, estaba enfermo de varicela. Como no podía venir a casa, fuimos a visitarle y le llevamos tarta. Bueeeeno, le encantó y me dijo que quería una igual para su cumple.

Su cumple fue el pasado 4 de octubre. Nos invitó a un restaurante a almorzar y como nunca más hablamos de la tarta, fue toda una sorpresa.

Yo quería hacerle una igual a la mía, pero al final la elaboré diferente. En vez de hornear seis tartas, horneé tres y las piqué por la mitad. Rellené cada una y luego las monté una sobre otra. Así resultó ser un poco más difícil, porque era complicado que no quedara torcida, cual torre de Pisa (esta es la pesadilla de las tartas altas).

Decorarla fue todo un proceso. Primero no sabía qué decoración hacerle. Viendo muchas decoraciones con buttercream me inspiré para esta.
No sabía qué colores utilizar, porque quería que quedara masculina, pero tampoco quería que fuese aburrida. Por eso elegí lila, verde y azul.
Le puse una primera capa, para fijar "crumb coat", luego una segunda capa en líneas con los tres colores: la parte inferior verde, la del medio azul y la superior lila.
Luego empecé a hacer estrellas alternando los colores.




Y al final, quedó así. 
Como era tan bonita, no podía ponerle unas velas normalitas. Después de buscar bien, conseguí estas, que por suerte eran de los mismo colores de la tarta.






Quedó espectacular y deliciosa. Arturo quedó muy sorprendido y la disfrutó mucho.
Lo gracioso es que en el restaurante la picaron y nos la trajeron servida. Cada trozo lo dividieron a la mitad para que cupiera en el plato de postre (jejejeje). O sea que si la tarta era inmensa y para muchas personas, así daba para el doble.

Como última anécdota, Arturo se llevó un poco más de la mitad a casa. Se reunió con unos amigos en la tarde y la sacaron... y hasta ahí llegó la tarta. Le duró solo un día y ya la pidió para su santo y como San Arturo es en septiembre, será que tendremos que inventarnos una festividad antes.

Espero que hayan disfrutado del post y ya saben, si quieren una como esta (o con menos capas) solo tienen que mandarme un whatsapp o comunicarse conmigo por cualquiera de las redes sociales.


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